lunes, 19 de marzo de 2012

4.- LA PRINCESA LLORONA


     Todo esto ocurrió un día del mes de octubre. La Ribera era una zona de  Valencia. Los reyes que gobernaban en esta zona, habían tenido una hija preciosa. Invitaron a reyes y príncipes de todas las zonas de Valencia, Castellón y Alicante. Los padres estaban muy orgullosos de su niña. Una pequeña rubia con los ojos azules, ya sabía decir mama y papá, era una niña muy lista, tan solo tenía tres meses.  El evento se realizaría en  la santísima Iglesia de Catadau. El párroco bautizó a esta preciosidad con el nombre de Bella. Todos salieron de la Iglesia, el cielo estaba muy oscuro. Se había producido un eclipse. Los padres se asustaron mucho. Un eclipse no auguraba nada bueno para su niña. Auguraba algo fatal. La Bruja Carlota no había sido invitada al nacimiento. Cuando la niña era ya una jovencita, Carlota les hizo una visita.

-         Hola, ya han pasado trece años desde el nacimiento de vuestra hija. No me invitasteis ¿verdad? Por eso vuestra hija no tiene la protección de la Bruja Carlota y el mal encantamiento bota hasta vuestra puerta, como si fuera una pelota que bota y bota. Vuestra hija llorará lluvia ante cualquier acontecimiento, ya sea triste, ya sea alegre. Lloverá siempre por lo ojos de vuestra linda hija. Nadie querrá invitarla, Julia trae siempre lluvia. Corred, corred, corred, porque Julia la lluvia trae.

    La bruja Carlota  salió volando con su escoba por la chimenea. Nada más salir de su casa la niña comenzó a llorar, había escuchado las palabras de la bruja y se sintió muy desgraciada.  La casa se inundó. Los padres de Julia le pidieron a su hija que hiciera un gran viaje por diferentes lugares, Estaban seguros que sus lágrimas serían útiles a alguien. Julia, comenzó su camino. Todos sabían el camino que llevaba, detrás de sus pasos crecían rosas. Cierto era que Julia lloraba lluvia pero dejaría de hacerlo cuando ayudará a un príncipe con su llanto.

    La zona de la ribera tiene muchos campos de cultivo. Los agricultores  habían escuchado hablar sobre Julia, la princesa que trae lluvia. Ellos la invitaban a sus tierras, necesitaban su lluvia. Julia se sentía necesitada y lloraba. Cuando ya no necesitaban sus lágrimas la enviaron al estanque más cercano.

     En el estanque cultivaban árboles frutales, que necesitaban mucha agua. Los poetas le escribieron a Bella lindas poesías, ella traía el bien más preciado de la tierra: el agua. Julia lloraba  ante las poesías que le dedicaban.

    Sus  padres la llamaron, su hermana se casaba. Ella quería bañarse con el agua de sus lágrimas y tenerla cerca. Julia se emocionó mucho ante la petición de su hermana mayor. La boda se celebró encima de un barco. Julia lloraba pero los invitados  no se ahogaban, navegaban. Esther echó su ramo en las manos  de Julia. Tenía ganas de que encontrará a su amor. Con el dejaría de llorar..

      Al pueblo llegó la compañía de payasos: Sonrisa, risa, risa, risa. A Julia le hizo tanta gracia  que ducho a todos los payasos que comenzaron a llorar, con su lluvia les había constipado a todos. Julia comenzó a llorar mucho más fuerte, no le gustaba provocar desgracias. Y los payasos se conmovieron tanto con sus lágrimas que la bañaron con las suyas. Ante tanta agua casi no vieron al príncipe Gustavo. Era tan pequeño que con un soplido podrían hacerle volar.

-         Buscó a Julia, la princesa que llora lluvia. Debe de estar por aquí cerca.. Además seguí el rastro de rosas que va dejando tras  sus lágrimas.

Julia al escucharlo quedo prendada de su voz.
-         Hola – lloraba Julia-¿ para que me necesitas.?

   Una ligera cantidad de sus lágrimas cayeron encima del príncipe Gustavo. El príncipe creció. Él necesitaba sus lágrimas, ella dejó de llorar desde ese momento. Ambos se vieron, se besaron. Los payasos comenzaron a bailar y celebrar este mágico encuentro La magia ocurrió en el lugar donde debía de ocurrir.  El ramo que le había lanzado su hermana después de la boda ayudo también, seguramente. Pero Gustavo tenía un país que necesitaba las lágrimas de Julia, no tenía nada de agua. La princesa al escuchar que su alegría había entristecido a su amor comenzó a llorar otra vez  La pareja decidió irse a  L’Horta, tierra de Gustavo. Julia al ver el estado de aquellas tierras lloró desconsolada durante tres meses. L`Horta ya tenía demasiada agua. La guardaron en estanques, había que ser previsores. Julia se casó con Gustavo, y fueron muy felices. Invitaron a la bruja Carlota al bautizó de sus dos hijos. La bruja protegió esas tierras. No olvidéis nunca en vuestras celebraciones a la bruja Carlota.
        

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