martes, 20 de marzo de 2012

5.- LA GUARIDA DE LOS OSOS



            Existe un refrán que dice: "En Abril, aguas mil". 

En este mes lluvioso todos los animales buscan refugio. Rufi, un pequeño conejo. En el hueco de una encina sus morritos metió. 

-¡Aaaaý!- Gritó el conejito Rufi dolorido.

Unas uñas afiladas sus morritos pincharon 

-         Aquí no cabe nadie más.otro animal dentro del hueco contesto.

 Rufi llamó en la corteza de un pino y preguntó:

-         Me estoy mojando y quiero entrar a resguardarme.
-     Si lo intentas te damos una patada.
-      Qué violentos!
-      No puede entrar nadie más, estamos comprimidos como una lata de sardinas.

        Rufi se acercó a un abeto, le pareció que era un árbol grande, seguramente habría un lugar para él.

-Voy a entrar, dejadme un hueco.
-Si, entra, entra conejo sabroso, al perro lo han desparasitado, casi morimos todas, estos humanos no nos tienen demasiado aprecio.
-¿Sois pulgas o garrapatas?
-Somos muy famosas ¿verdad?
-Lo sois, me voy a la montaña  a ver si encuentro un lugar seco y vacío donde cobijarme de la lluvia.
-Aquí estarías mejor,  somos unas grandes compañeras.
-Decís toda la verdad. Pero prefiero mojarme a gozar de vuestro  estrecho cortejo.
-¡Que señor tan exquisito! Cogerás una pulmonía, ya verás.

      El conejo Rufi les dijo adiós y comenzó su camino hacia la montaña. Esperaba encontrar una gruta amplia y caliente. Este conejo no comprende que en los lugares amplios hace más frío que en los parajes reducidos. 

Rufo buscaba un imposible. 

Al ascender, continuaba mojándose pero gracias al esfuerzo de subir, sudaba. El constipado sería grandísimo, daba igual, él necesitaba encontrar la gruta amplia y caliente. 

Arriba vio un montón de cuevas, había más espacio y  podría cobijarse más gente. 

El conejo Rufi sonrió al darse cuenta que su idea era perfecta. 

Entro en  la primera caverna. Era oscura y un poco húmeda, pensó que la humedad agravaría su  constipado y siguió buscando. 

La siguiente era muy pequeña y estaba ocupada por unas arañas gigantescas, ¿sería un buen refugio para el conejo Rufi?.No hacia mucho frío y las arañas le cubrirían con sus  telas. Pero  Rufi no estaba del todo contento, quería una gruta mas amplia y caliente.

Empezó a estornudar, los pájaros que se escondían entre las ramas de los eucaliptos le aconsejaron que cogiera algunas hojas de estos arboles. Si las hervía en agua caliente podría hacer unos vahos muy buenos para remediar el constipado que comenzaba. El conejo  Rufi les preguntó por las cuevas que podría encontrar en aquellos parajes. Los pájaros le contestaron con una alegre melodía;

-“La montaña esta llena de cuevas,
   Cuevas grandes, cuevas pequeñas,
   Cuevas frías, cuevas calientes
   Cuevas luminosas, cuevas oscuras
   Cuéntanos, explícanos ¿Qué cueva buscas tú?

    -Yo buscaba una gruta amplia y caliente

Los pájaros comenzaron a reír, ellos sabían que a mayor amplitud hacia más frío. Pio, un pájaro pequeño y joven, al que le gustaba mucho volar y buscar espacios nuevos, intervino:

      No os moféis compañeros.
Existe una gruta amplia y caliente.
 Es la guarida de los osos,
Ellos ahora no viven en ella,
La entrada la encontraras en el este,
El sol la ilumina y calienta en cuánto sale.
Aunque si comienzan las lluvias,
Los osos a su casa pronto llegarán.

-Muchas gracias os doy por toda vuestra ayuda, dijiste que los osos ahora en su casa no están, pues yo ahora mismito la voy a ocupar e intentaré mi constipado sanar.

El conejo Rufi cogió algunas hojas de eucalipto y comenzó su camino en dirección este, tal como le había aconsejado Pio, el pequeño pajarito al que le gustaba encontrar nuevos espacios. Cuando hubo caminado 500 metros encontró la entrada de una cueva muy grande que el sol iluminaba. 

Rufi entró en la cueva. Una vez dentro ya no se mojaba, y gracias a los rayos de sol que entraba por la puerta amplia que el buscaba comenzó a calentarse. Con un poco de agua y el calor del sol, las hojas de eucalipto que había cogido en el camino hicieron su efecto. El constipado comenzaba a aliviarse.  En la entrada había leído una nota encantadora que  decía: 

“Soy la cueva de la familia oso, si entras y no estamos, encuentra  aquí tu ansiado  reposo”. 

Rufi, el conejo, el consejo siguió. Nada mas había caminado diez pasos de conejito. Rufi vio una planta repleta de judías verdes.Comenzó a comerse todas hasta no dejar ninguna. Al lado de esta había también una plantación de zanahorias, todos sabemos que la zanahoria es el alimento preferido por los conejos. 

Rufi salto veloz hacia las zanahorias y en menos que canta el gallo se comió todas esas ricas zanahorias. Cuando estaba mordisqueando la última creyó oír los pasos de los osos que regresaban a su cueva. El oso mediano dijo que tenía mucha hambre y se iba a preparar un gran plato de judías y zanahorias. 

Rufi lo escucho y pensó será mejor prepararles algo de comer puesto que me he comido todo lo del huerto. Aún tardaran en llegar,me da tiempo a mirar que mas hay en los huertos. Por suerte quedaban tomates, cebollas y lechugas. 

-Menos mal estoy salvado. Esto seguro que les gusta a los grandes osos. 
-Además hay guisantes y al fondo fresas, seguro que a los osos medianos les encantan. 

Pero cuando el oso mediano estuvo cerca y con sorpresa observo que no había nada en el huerto. Paso de la sorpresa al enfado. Papa oso le recordó el letrero que estaba en la entrada. Seguramente algún viajero hambriento necesitaba esas verduras. El oso lo entendía pero el hambre no le dejaba estar tranquilo, el conejito se acercó con una sonrisa y un gran plato de lo que había cocinado. 

El oso mediano enseguida comprendió que el conejito tras saciar su hambre pensó en las personas que le habían abierto la puerta de su cueva y compartido parte de su comida.  Y les devolvió el favor con este suculento manjar. 

Se presentaron y luego comieron todos juntos. Estaban satisfechos. Su principal necesidad estaba cubierta, el hambre ya había desaparecido. Invitaron a descansar con ellos al conejito antes de seguir su camino.

Se levantaron tras un  buen descanso, los osos le dieron un poco de comida para el camino. El conejito alegre por el cese de la lluvia camino hacia la puesta de sol. Contento de tener unos nuevos amigos a los que invito a visitar su bonito valle.

lunes, 19 de marzo de 2012

4.- LA PRINCESA LLORONA


     Todo esto ocurrió un día del mes de octubre. La Ribera era una zona de  Valencia. Los reyes que gobernaban en esta zona, habían tenido una hija preciosa. Invitaron a reyes y príncipes de todas las zonas de Valencia, Castellón y Alicante. Los padres estaban muy orgullosos de su niña. Una pequeña rubia con los ojos azules, ya sabía decir mama y papá, era una niña muy lista, tan solo tenía tres meses.  El evento se realizaría en  la santísima Iglesia de Catadau. El párroco bautizó a esta preciosidad con el nombre de Bella. Todos salieron de la Iglesia, el cielo estaba muy oscuro. Se había producido un eclipse. Los padres se asustaron mucho. Un eclipse no auguraba nada bueno para su niña. Auguraba algo fatal. La Bruja Carlota no había sido invitada al nacimiento. Cuando la niña era ya una jovencita, Carlota les hizo una visita.

-         Hola, ya han pasado trece años desde el nacimiento de vuestra hija. No me invitasteis ¿verdad? Por eso vuestra hija no tiene la protección de la Bruja Carlota y el mal encantamiento bota hasta vuestra puerta, como si fuera una pelota que bota y bota. Vuestra hija llorará lluvia ante cualquier acontecimiento, ya sea triste, ya sea alegre. Lloverá siempre por lo ojos de vuestra linda hija. Nadie querrá invitarla, Julia trae siempre lluvia. Corred, corred, corred, porque Julia la lluvia trae.

    La bruja Carlota  salió volando con su escoba por la chimenea. Nada más salir de su casa la niña comenzó a llorar, había escuchado las palabras de la bruja y se sintió muy desgraciada.  La casa se inundó. Los padres de Julia le pidieron a su hija que hiciera un gran viaje por diferentes lugares, Estaban seguros que sus lágrimas serían útiles a alguien. Julia, comenzó su camino. Todos sabían el camino que llevaba, detrás de sus pasos crecían rosas. Cierto era que Julia lloraba lluvia pero dejaría de hacerlo cuando ayudará a un príncipe con su llanto.

    La zona de la ribera tiene muchos campos de cultivo. Los agricultores  habían escuchado hablar sobre Julia, la princesa que trae lluvia. Ellos la invitaban a sus tierras, necesitaban su lluvia. Julia se sentía necesitada y lloraba. Cuando ya no necesitaban sus lágrimas la enviaron al estanque más cercano.

     En el estanque cultivaban árboles frutales, que necesitaban mucha agua. Los poetas le escribieron a Bella lindas poesías, ella traía el bien más preciado de la tierra: el agua. Julia lloraba  ante las poesías que le dedicaban.

    Sus  padres la llamaron, su hermana se casaba. Ella quería bañarse con el agua de sus lágrimas y tenerla cerca. Julia se emocionó mucho ante la petición de su hermana mayor. La boda se celebró encima de un barco. Julia lloraba pero los invitados  no se ahogaban, navegaban. Esther echó su ramo en las manos  de Julia. Tenía ganas de que encontrará a su amor. Con el dejaría de llorar..

      Al pueblo llegó la compañía de payasos: Sonrisa, risa, risa, risa. A Julia le hizo tanta gracia  que ducho a todos los payasos que comenzaron a llorar, con su lluvia les había constipado a todos. Julia comenzó a llorar mucho más fuerte, no le gustaba provocar desgracias. Y los payasos se conmovieron tanto con sus lágrimas que la bañaron con las suyas. Ante tanta agua casi no vieron al príncipe Gustavo. Era tan pequeño que con un soplido podrían hacerle volar.

-         Buscó a Julia, la princesa que llora lluvia. Debe de estar por aquí cerca.. Además seguí el rastro de rosas que va dejando tras  sus lágrimas.

Julia al escucharlo quedo prendada de su voz.
-         Hola – lloraba Julia-¿ para que me necesitas.?

   Una ligera cantidad de sus lágrimas cayeron encima del príncipe Gustavo. El príncipe creció. Él necesitaba sus lágrimas, ella dejó de llorar desde ese momento. Ambos se vieron, se besaron. Los payasos comenzaron a bailar y celebrar este mágico encuentro La magia ocurrió en el lugar donde debía de ocurrir.  El ramo que le había lanzado su hermana después de la boda ayudo también, seguramente. Pero Gustavo tenía un país que necesitaba las lágrimas de Julia, no tenía nada de agua. La princesa al escuchar que su alegría había entristecido a su amor comenzó a llorar otra vez  La pareja decidió irse a  L’Horta, tierra de Gustavo. Julia al ver el estado de aquellas tierras lloró desconsolada durante tres meses. L`Horta ya tenía demasiada agua. La guardaron en estanques, había que ser previsores. Julia se casó con Gustavo, y fueron muy felices. Invitaron a la bruja Carlota al bautizó de sus dos hijos. La bruja protegió esas tierras. No olvidéis nunca en vuestras celebraciones a la bruja Carlota.